Área de identidad
Código de referencia
Título
Fecha(s)
- 1952 - 1962 (Creación)
Nivel de descripción
Volumen y soporte
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Nombre del productor
Historia administrativa
Originalmente bajo la advocación de Santiago Apóstol, los orígenes de esta parroquia coinciden con los de Cartago, capital de la provincia de Costa Rica, ciudad que recibió su asiento definitivo en 1575.
La jurisdicción de la Parroquia de Santiago Apóstol de Cartago fue muy amplia, dado que abarcó todo el Valle Central y el Valle de Matina hasta la aparición de las primeras parroquias de la sección occidental del Valle Central (Heredia, filial de Cartago desde 1717 y parroquia desde 1734; y San José, filial desde 1737 y parroquia desde 1767). Durante las décadas siguientes, la progresiva creación de parroquias fue reduciendo aun más el territorio de la antigua parroquia de Santiago Apóstol, proceso que concluyó en la segunda mitad del siglo XX, cuando su territorio quedó limitado a una parte de la ciudad.
A lo largo de su dilatada historia, la parroquia tuvo su sede en los distintos templos que se fueron sucediendo con esa función. En 1906 se empezó a desarrollar con gran intensidad la construcción de un nuevo templo parroquial frente al parque de Cartago, pero el terremoto de 4 de mayo de 1910 destruyó parte de la obra y paralizó los trabajos. En aquella coyuntura, se decidió reconstruir el templo de San Nicolás de Tolentino y trasladar al mismo los servicios parroquiales.
El 15 de julio de 1925, el arzobispo Monseñor Rafael Otón Castro decretó el cambio de nombre de la parroquia, de manera que la antigua parroquia de Santiago Apóstol pasó a denominarse Parroquia Nuestra Señora de El Carmen.
En 1954 comenzó la construcción del actual templo parroquial, impulsada por el párroco Pbro. Enrique Bolaños. El nuevo templo quedó terminado en 1960 y fue consagrado por el entonces Arzobispo de San José, Monseñor Carlos Humberto Rodríguez Quirós.
El 24 de mayo de 2005, al crearse la Diócesis de Cartago, la parroquia del Carmen adquirió el rango de catedral, sin abandonar su función parroquial, que ha mantenido hasta el presente.